domingo, 12 de junio de 2011

S.O.S Luz verde

Para muchos cruzar la calle es algo básico y normal… regular. Claro, que cada loco con su tema. Basándome en mi experiencia personal, se ha tornado algo complejo donde temo perder la vida a cada instante. Todo un Stress. El haber cruzado mal una sola vez me bastó para alterarme cada vez que el hombrecito que indica “avance” empieza a titilar… Si hay alguien conmigo, lo/la agarró del brazo y empiezo a tironearlo para adelante al ritmo de dale, apúrate, nos pisan…


la voz se va agudizando, las palpitaciones insisten con ir más rápido y la persona que está a tu lado, se quiere soltar diciéndote: >no pasa nada< tenemos tiempo… Pará LOCAAA



Los comandos no son bien entendidos por mi persona, y empiezo con el relato de que una vez un conductor se apuró para avanzar y me piso el pie, y que desde esa vez quien cruce conmigo estará a merced de este diabólico, loco y curioso sistema de cruce de calles “made in Guada” alias, la pisada.

En fin… por eso, y mucho más es por qué disfruto de subirme al avión. Voy relajada por los pasillos, caminando… Lo único que tengo que sortear como obstáculos, son las piernas, los pies, bolsos y rodillas de la gente pasajera, que atenta con mi audaz caminar… Figúrense, que una caída en el pasillo, con medias de descanso, uniforme inmaculado, tacos infalibles y sonrisa angelical… Te saca sin titubear del TOP FIVE del GLAM…

Ah, sí se cae el avión se cae… que le vamos a hacer.


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