Estoy sentada mirando por la ventana el sol
oculto en las nubes perennes de Lima y pensaba:
Tres meses es mí tiempo
sabático para casi todo, si me enfermo es hasta tres meses… Si salgo con un
“infeliz” el período para darme cuenta es de tres meses, y tres meses me tarde
para detectar un producto vencido en la heladera también, en fin.
Así que acá estamos, vos y yo tres meses
después de la última publicación Inimputable.
Qué paso ¿? ¿? ¿?
NOTA AL LECTOR: Aparte viene con DELAY. (Me tomé Noviembre para No publicar)
La vida es vida… Te pasa, te eleva, te tira
abajo, te pasa por encima y te hace reflotar y hasta subir cual cohete… Uds.
Pensaban que YO era invencible, que VOS sos invencible… PERMISO:
jajaja
Se enfermó mi vieja a morir… CUACK ¡! Soy
una HDP, dirán… No lo creo, reluce mi humor negro. Esto me generó un período de
introversión. Creer o reventar, pero es una TRUE STORY. Después de transitar el
período de la enfermedad a su máxima potencia, la pérdida y el POST… Tres meses
después les digo: HELLO (como el tema de Martin Slolveig).
De regreso y recargada, fan de la ecología
con mi nuevo cargador de pilas, o sea… Pilas a full todos los días inclusive
los feriados ¡! Vuelta vos, él, ella y yo al blog, a la risa y a seguir
apostando por mas flasheo e inimputabilidad.
En el avión la energía ESTA, pero más
tenue… Sería como un bajo consumo, voy etérea, como en cámara lenta (NO a lo
Valeria Lynch)… Me olvido hasta de cuántas veces le pregunté si quería coca
cola y Ud. Contesta ya riendo: “No, quiero un TEEEE”… Debería suponer que el
regreso de mi culo azafatezco inquieto/eléctrico arriba del avión, también me
va a llevar 90 días de readaptación ¿? Como en el jardín… Debería pensar ¿?
Llamado a la
solidaridad, si me ven lenta y radiante, sean pacientes o únanse a la movida:
90
días modo ahorro de energía ¡!
O le devolvemos la diferencia… (Pero eso SI,
tres meses después) ¡!