martes, 13 de marzo de 2012

Desentonando

Un día más a la calle…Un día en la ciudad donde tengo hecho el cambio de domicilio, un día libre de vuelo, día ocupadísimo entre turnos y trámites. Después del auto-agasajo de desayunar en mi cama, con una mini fiaca muy bien ganada, me entrego unos minutos a la belleza e imagen pre-salida a la calle, sin olvidar mi BlackBerry, mis lentes de sol y algún accesorio destacado y femenino. Conecto auriculares y por más que insista en colocarme un bozal sucede lo que sucede…



Sea cual fuere el camino que tome, el transporte que use…
"Te canto bajito", como moviendo los labios a volumen 1, por supuesto que para mí cada día que pasa mejoro más la entonación, no puedo dejar de practicar… Y por otro lado gracias a mi gusto por la danza, acompaño esto con algún pasito loco, camuflado con algún hombrito.


Si estoy en mi mundo me pasa todo inadvertido. Pero cuando hago contacto entre mi alegría y el entorno… Me doy cuenta de lo mucho que desentono. No veo muchas caras apasionadas, sonrisas naturales, miradas inspiradas. La gente anda en una burbuja gris como el cemento que recorren… Parecen no ver la inmensidad humana o los árboles recién podados, la poesía que alberga cada momento, y sin delirar ni fumar me encuentro ahí riendo sola, porque mientras canto o bailo un poco, también me río sola… Mi cabeza acaba de flashear y comentarlo al prójimo sería como ir anotándome en lista de espera para el “Borda”.


Les digo algo mas... Me gusta desentonar.

Me gusta en el avión seguir desentonando, hacer trucos de magia improvisados gracias a la estática de los vasos térmicos, me gusta cantarles despacito mientras voy en el carro, pero aquí sí, los puedo participar un poco… Quedan a mi merced… Soy autoridad, y deberán obedecer la buena onda (bueno, no siempre tengo éxito)… Y sino al menos sean corteses un poco y devuelvan una sonrisa tacaña o puede ser hasta una mueca, viva la buena onda que en mis vuelos viene de yapa ¡! >>Bueno, soy humana y algún día puede fallar<<

Por qué no te animas un día a observar a tu alrededor y probas desentonar un rato, aunque bien no sea para que el otro te mire como bicho raro… Insto a que NO seamos los bichos de ciudad de la canción de Los Piojos, Sí a que nos preguntemos “Que voy a hacer con tanto cielo para mí”. Yo, seguiré volando, y vos ¿?