Al fin el público masculino esboza
tímidamente una sonrisa mientras se frota las manos ¡!
Sigan participando… Ooopse ¡!
Hace poco más de tres años que vivo en éste
edificio, y la leyenda cuenta que hay un gato (felino) que no quiso a sus
dueños y se fue del hogar. Como los gatos no son nada sonsos se quedó en el edificio.
Como gato de la calle, recibiendo comida a voluntad.
El gato, deja de ser “El gato”, para
llamarse “Romeo”. Romeo en mi vida hizo intento de entrar, pero furiosa y
asqueada de pelos gatunos, después de mas de dos décadas de convivir con ellos
en el seno familiar, decidí que en mi vida de soltera los #gatos# estarían
detrás de mi puerta por más puchero felino que me hagan.
Mi compañera de trabajo, vecina y amiga…
Corrigió sin mucho esfuerzo semejante pared que puse entre Romeo y yo. De a
poco, Romeo fue entrando a casa, acomodándose en el sofá, alguna que otra noche
ocupando ¾ cama. Le empecé a comprar la mejor comida felina, a tal punto que lo
prefiere antes que el SUSHI… Sí, también le di sushi…
Romeo se metió en mi casa, duerme siestas
“Inimputablemente extensas”, se come las mariposas de noche, manteniendo mi casa
#Free of Bugs#. Romeo es independiente, autónomo, dueño de su propio tiempo y
destino, Romeo se gano hasta algún celo de quien en aquel momento me cortejaba,
quien incluso le prohibió el acceso al dormitorio y lo sacaba a la fuerza del Dpto… Luego, cuando todo se diluyó él me dijo **Nooo, me gano el gato** ¡! mmm
Romeo es de vez en cuando trofeo de dos
amigas vecinas y rememorando aquella canción de Lionel Ritchie “Part Time
Lover”, podríamos decir que Romeo es nuestro “gato por horas” ó nuestro REN A CAT… Quien no puede querer a la
mascota ideal ¡!
En el avión mascotas, imposible llevar en
cabina… Ahora felinos, suben en variedad y cantidad ¡!
En el medio aeronáutico
compartimos similitudes con “Nuestro gato por horas”.
Vemos felinos, que rasguñan o se ponen
mimosas, buscan siempre el mejor lugar, las mejores ventajas y los mejores
dueños… Tantas son las similitudes, que hasta como mucho son cinco horas el
vuelo más largo que compartimos… Y también algunos hombres juegan a ponerse “uno”
en la cabeza ¡!
Cualquier similitud con la vida real, es
pura coincidencia… Lo dejo a tu criterio.