Miro el plan de vuelo y milagrosamente tengo siete días, seis noches en Buenos Aires, la bola corre como loca y la agenda se completó en un parpadear de ojos.
En marzo volé cual súper héroe... E incluso me di el tiempo de hacer un corto viaje de placer con dos amigos. El lugar que se alquiló para la estadía, debería incluir aunque sea una olla o una cafetera, pero quedó en la potencialidad y la realidad nos condujo a un vacío total. Al llegar la primer noche me veo en la obligación de dejar en claro un tema que para mi es primordial durante toda la estadía, la situación charla/monólogo fue la siguiente:
" Chicos, yo a la mañana necesito tomar café... Como primer instancia soy adicta a la cafeína matutina, el café lo tengo que tomar tranquila en el departamento, porque si no, NO logro ir al baño... Les explico que voy a estar de mal humor, primero porque NO voy y segundo porque me voy a sentir hinchada, que la ropa me ajusta, voy a hacer el vuelo de vuelta y voy a estar insufrible".
Dicen que el que avisa no traiciona...
El tema es que tuve que acelerar "mi" problemita y exteriorizarlo... Ellos pareja altamente consolidada, asintieron, apostaron a que me sienta deshinchadamente feliz!!.
Entonces me detuve a pensar sobre los temas escatologicos...
A cuantos de nosotras y nosotros nos lleva un determinado tiempo para hablar del "asunto".
Todo se acelera aquella vez que alguno sufrió de una gastroenterocolitis, y no solo se tuvo que enterar tu pareja, un amigo, sino que hasta otras veces toda una tripulación, porque dejaste un baño clausurado solo para vos...
Te pones en pareja y muchas veces por la mañana deseas que se vaya, porque estas inflada conteniendo pequeños poco femeninos gases y mientras contenes, se te ocurre preguntarle... "No te gusta escuchar música por la mañana" ¿? Mientras subís el volumen cual sábado por la noche en el bar...
Con mis amigas se habla, pero jamás se escucha...
Con mi antiguo novio, jamás se blanqueó la necesidad... Eso si, escuchaba música altamente reconfortante...
Y cuantas veces se han encontrado en el acto sexual, conteniendo hasta que de pronto... FIN de la contención, ese momento vergonzoso, humillante y poco excitante, donde te invaden tal vez los pómulos sonrojados y acalorados, la risa acompañada con la desincronización de la danza del amor...
O tal vez tomando un Campari bajo las estrellas en la terraza y de la nada, interrumpe la parte humana autónoma... Te disculpas, te reís, se ríen con vos...
Y por dentro te preguntas si es el fin de todo, o el principio de sentirte plenamente en confianza... Y llegas a googlearlo para mitigar ese estress mental "al pedo"...
Los portales dicen que esta bien, entonces yo...
Mientras tanto espero a que el me llame para otra cita...
El amor es ciego, la confianza es base, pero los ruidos intestinales serán el acercamiento o el fin del romanticismo ¿?
Espero que no hayas leído esta nota al pedo, anyway...
