Tal vez ella nunca se imagino que podía vivir este romance.
Pero acá esta feliz con su profesión, su uniforme y sus tacos hechos a medida, usa sus aros reglamentarios, las uñas #FrenchStyle y se enfunda en las medias de descanso.
Su mundo encierra re-programaciones, verdaderos malos climas, una agenda móvil/flotante, le cuesta la rutina, come cuando tiene hambre y duerme todo lo que puede por las dudas, posee una gran pérdida de la noción del tiempo.
Tal vez tiene un marido o un novio de fierro! Porque somos algo diferente y hay que saber valorar al que se sube a esta montaña rusa llena de jetlag y latas de atún madrileñas! O tal vez esta sola porque en la difícil tarea de ser, estar y compartir no le es indiferente.
Ella chequea sus mails de la empresa, tiene una aplicación en su teléfono con todos los climas que le toca volar y las diferencias horarias, tiene el rincón del uniforme y el sector de las valijas, tiene una billetera para cada moneda, un kit fijo de medicamentos en la valija, otro de belleza que incluye una segunda planchita!
Tiene Tocs, no soporta las alarmas necesita saber de que son y porque se activan, te ordena ponerte el cinturón de seguridad hasta en un audio de WhatsApp e informa todos los desperfectos del edificio.
Se prepara para el vuelo, de manera minuciosa, sale con sus valijas, despacha el equipaje y se arregla otra vez, chequea su equipo de emergencia, las comidas, las bebidas y todo lo que se necesite, corre contra reloj y el pañuelo pierde la estética, mueve los carros que pesan 40 botellas de 1 1/2 litros y se le rompen las manos con los precintos made en la vieja cortina de hierro, firma sus papeles, se retoca el maquillaje, se acomoda el pañuelo, se abotona la chaqueta y llega casi impoluta a decir “Buenas noches” al primer pasajero. Nadie sabe cuantos vasos se le rompieron en el afán de tener todo listo!
Tu energía dice que va a ser un muy buen vuelo, porque así se lo propuso... Le agrega su marca registrada silenciosa (el humor). Cuando chequea todo lo que indica el anuncio de seguridad, pierde la simpatía, se convierte en la azafata mala que auspicia el túnel del terror.
- “Hace caso a la azafata que se enoja, dice la madre” y vos fruncis el ceño en 3, 2, 1”.
Aprendió a sus cuarenta y tantos a hacer el HI 5, con puño incluido!
Sufre cuando le devuelven la bandeja como si fuera la Torre de Pisa, y mientras la recibe invoca a la gravedad para que se mantenga un poco mas sin desparramarla al pasajero del pasillo, se pregunta internamente cuanta presión ejercen los pasajeros sobre todos elementos que encuentran para meterlo todo dentro de un solo vaso (??).
Conduce un carro abnegado por un pasillo estrecho, ha golpeado rodillas: suave, duro e intenso. Ha sabido tirar café, cuando se le vuelca el agua dice que es agua bendita y cuando el hielo decide ejectarse de la pinza, lo llama desprendimientos del glaciar.
Se ríe y se emociona, a veces cuando se levanta de su descanso siente una emoción violenta con intención de renunciar y si no pudo descansar también siente la misma emoción violenta, que al fin y al cabo saben bien maquillar.
A veces se pregunta qué hace ella arriba, presurizada, encerrada, jetlagueada.
Se pregunta por qué le gusta atender a pesar del mal aliento, o la poca predisposición para que le devuelvan en mano la bandeja que había entregado en mano.
Por qué el “buen día” cuesta mas que ganar una beca en la NASA (?)
Se pregunta...
Y entra a la cabina de comando y ve la luna llena iluminando el Océano, hay algunas nubes y se queda perpleja deseando tener la ultima Nikkon para mostrarle a todos lo hermoso que es el mundo, y se le infla el pecho porque sabe que esta ahí arriba, presurizada y jetlagueada y que es infinitamente bendecida por poder vivir ese momento desbordado.
Y luego recorre su pasillo y una voz de un asiento de una fila de 4, le dice con todo respeto, que ha sido un lujo que lo hayas atendido, entonces comprende...
Es un verdadero #Romance que da mucho mas que los planteos cotidianos, porque lo hermoso de una vista a mas de diez mil metros de altura es que te hace sentir grandioso y pequeño al mismo tiempo.
Y que una sonrisa devuelta, el gracias anónimo del pasajero del pasillo o el apretón de manos de una abuelita, hace una diferencia infinita y mata renuncias virtuales y alientos salvajes.
Ella vive su #Romance entre el cielo y las estrellas y se siente privilegiada al cerrar la puerta.
#BienvenidosAbordo
