A veces momentos de introspección, momentos
que organizas las fotos y de repente ves una de las últimas y te queres matar…
Te encontraste justo en una pose haciéndote tipo Marilyn Monroe, pero con una
cuota de susto. SE EXPANDIO TU CINTURA ¡! Me quiero matarrrrr
Como loca, vas a tu espejo en tiempo real y
visualizas el temor de que la foto sea y es una realidad, una cruel realidad. Tu
figura de bailarina, tu estampa, tu cuerpazo, lomo, elixir de los Dioses estaba “expandido”.
Urgente la
solución es meterse en un gimnasio a hacer lo más fuerte que haya. Se aproxima
tu cumpleaños y estas decidida a regalarte la figura de los 28. De golpe estás
anotada en la clase de spinning, que tiempo atrás habías perjurado que jamás
entrarías ahí. Dos, tres veces por semana, dieta, agua… Odiaste toda tu vida
las dietas, pero ahí te encontras, otra vez haciendo lo que no pensabas jamás
ni siquiera, si te lo hubiese firmado la mismísima Cristina FK.
Antes de la clase, te envolvías en un film…
Esos de cocina, por favor no me tomen de ejemplo, hace que te deshidrates más
fácil y es peligroso. Bicicleteada, sudor, toalla, clase, Bicicleteada, sudor,
toalla y más clase… BIS
Llego mi cumpleaños y me doy cuenta que soy
muy grosa (pueden aplaudir), todo lo que me propongo lo logro, obtuve el cuerpo de los 28 y como
diría “Jorge Hane” estaba más linda que nunca ¡!
Si esto lo llevamos arriba del avión,
claramente el uniforme me queda ten points plus, pero no todo lo que me
propongo lo logro… Llegar a horario no depende de mí, sino de la meteorología,
que el avión no tenga novedades técnicas, que no haya un paro sorpresivo,
cenizas volcánicas…
Algunas sonrisas si puedo sacar, igual solo
si el pasajero se relaja un poco, a veces la mochila la llevan y te la tiran
con mucha efusión y agresión… No es necesario, no ¿? Pero, ahí aplico sonrisa
azafata, bajadita de ojos, un “lo lamento mucho” y otra sonrisa, camino por el
pasillo, me escondo el galley y lo mando al Tíbet a meditar ¡! ((No soy sutil))
JA!